Ringo Stax

SE VA

Se va 

como quien corre tras el viento

siguiéndole los pasos.

El suave latido de la tarde

acrecienta su memoria,

allí donde la luz no alcanza 

a trasnochar en otro espacio.

Es esta una hora incierta

que se dejó morir de las palabras.

Como desatinada respuesta,

un cadencioso rumor llena ahora su vacío.

Quizá ya no halle una sola página

que me permita doblar una esquina

y deba entender que el mundo es tan ancho

que se nos pierde de vista

cuando alzamos los ojos al cielo.

Solo queda este silencio

que todo lo abarca,

y un nombre que se apaga

con las últimas luces,

como espejo que se quiebra

en el impertinente sueño de las máscaras.

Su plato ya no está sobre la mesa,

su silla en el rincón donde solía,

todo parece haberse detenido,

solo su sombra gime y aún gotea.

Su ausencia es onerosa carga

que aún quiere demorarse 

en el dolor del beso herido de mi boca,

en el inquieto parpadeo de una lágrima

como llanto fiel de tanto haber amado.