Aunque yo no los observe
siempre hay pájaros cantando
desde las raíces de los robles
a las copas de los álamos
tras el ruido de las calles
en las sombras tristes del aire
tras los gritos de los niños
en el verdor de los árboles
siempre hay pájaros cantando
y en el centro del Silencio
que esconde esta apacible tarde
sé que adentro muy adentro
están los pájaros cantando
y cuando el tiempo me tome
en su frío y pétreo abrazo
y las flores se marchiten
en mi lápida de mármol
siempre habrá en algún nido
un pico liso asomando
de un pájaro que ha nacido
y otro pájaro cantando.