¡MANIFIESTO DE LIBERTAD DE CONDORANDINO!
Después de vuelo luengo llegué hasta la ciudad
y me posé sobre el más alto de sus rascacielos
allí estuve observando por largas horas
a los hombres moverse como hormigas
de un lado para otro en rauda competencia.
Encontrándome absorto en múltiples elucubraciones
escuché una voz a mi lado que recia me dijo:
¡está bien que hayas venido pero este no es tu lugar!
Para un noble Cóndor como lo eres tú
esta elevada peña de concreto no es su hábitat:
Ya sé que quieres aventarte al vacío
y sobrevolar sobre el espacio de la civilización
que es la ciudad donde el tráfago diario
devora hombres paulatinamente
sin que puedan siquiera advertirlo.
Se aproximan al final extenuados
por las exigentes y mal pagadas horas
de trabajo para enriquecer al amo capitalista.
Conozco bien tus intenciones Viejo Cóndor:
¡siempre he seguido de cerca tu itinerario!...
¡soy uno de los que evitó tu exterminio!
Por favor no lo hagas que sería caro el precio
intentarían nuevamente mutilarte las alas
para luego exhibirte como trofeo.
Eso jamás lo voy a permitir amigo mío:
¡regresa a los oxigenados Andes!...
¡que es allí a donde perteneces!...
¡y vuelve a volar muy alto cumpliendo tu tarea!...
¡enseñarle a los humanos cómo se obtiene la libertad!
Es el vuelo, el que cada uno lleva adentro:
¡el vuelo de la razón!...
¡el vuelo de la compasión!...
¡el vuelo del perdón!...
¡el vuelo del amor!...
¡el vuelo de la Paz!...
¡que arrojan en suma el vuelo de la Libertad!
Allí, sobre las agrestes cordilleras,
sobrevolando montañas y altiplanos,
descendiendo sobre los riscos:
¡es cuando de verdad adquieres tu esencia!
Cóndor de los Majestuosos Andes:
¡jamás te niegues a ti mismo!...
¡eres el cúmulo de todas las utopías!...
¡no sacrifiques tu vuelo lanzándote al suicidio!...
¡que los hombres te observen y con eso les basta!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino