No la pierdas por momentos de dudas, aunque tu corazón te obligue a gritar; no consientas.
No escuches las palabras de miel que buscan fundirse en tu piel, pues los egoístas y deseosos buscan su único bien.
Tu pureza es inigualable, muchos la pierden por locura y otros con premura.
Nada como esa flor que ninguno ha tenido, que ni el secreto ha poseído.
Ciñete, y anhela pues la primavera se obtiene tras una buena espera.
Marlon Pérez Enero 2018