Aquí estoy, recordándote
de nuevo, mientras
desde mi ventana me deleita
el blanco manto
que cubre Sierra Nevada.
Y es que a veces
me da pena haber nacido aquí,
esta ciudad tan bella
en la que sonriendo, ilusoriamente
pienso: \"¡Ay, si aquí
me hubiera encontrado!\"
Como los niños...
Pensando que una ciudad
es mi calle
y uno sólo mi portal.
Sonriendo como
una cría que se asoma al balcón
y cree que puede
divisarte, con la facilidad que lo hace
su alma prendida de ilusión.
“¿Qué aspecto tendrá su barrio?
¿Qué olores impregnarán su ropa?
¿Dónde nacen las flores que van
naciendo por dónde pisa?
¿Y si corro? ¿Me dará tiempo a escuchar
de mañana su voz de delicia?”
Encontrarnos y estar tú sólo
y enfrente mi sonrisa.
Decirte: “¿ves?, no es difícil,
sólo hacían falta
ganas o mi simple fantasía.
Pero nací en Granada y esa
es mi única dicha.
Porque ni veré tu calle,
ni sabré el suelo
que pisas, ni oleré tu ropa.
ni andaré con prisa,
me bastarán unas letras
para esbozar una sonrisa.
Tengo una bella ciudad,
tengo el corazón
aún por ti latiendo,
tengo mucha vida por delante,
pero no te tengo
a ti, pues mi alma es suicida.
Pilar González Navarro
Enero 2018