A Mexico
Cuando estas tragedias se presentan
el alma se sobrecoge y
las palabras acuden a borbotones,
es abrir el corazón y
dejarlas salir como mariposas libres,
nuestras lágrimas corren abundantes por las mejillas y
solo atinamos a mirar impavidos tanta destrucción, tanto dolor.
La naturaleza se queja...
deforestamos de manera inclemente,
para hacer moles de cemento que se volveran panópticos
cuando el planeta se sacuda reclamando lo suyo.
Desafiamos a la naturaleza
y ella nos demuestra lo frágiles que somos.
Y nuestra estupidez es tal
que no tomamos medidas para evitar las tragedias,
sino que inventamos nuevas formas de matarnos,
como si la muerte inminente fuera necesario producirla.
Ron Alphonso
19 de septiembre de 2017