Sin sentido en el camino estaba yo en la vida
Cuando el capricho del destino me alcanzaría
Y aparentando ser lo suficientemente veloz
Fue la llegada dulce y tierna de su voz
Que recaló con tanta fuerza otra vez
Es así como conocí a Lisbeth
El tiempo no dudó en apresurarse
Como también lo hizo el palpitar de mi corazón
Cada palabra, cada conversación
Parecía acariciarla con devoción
Y contando a la luna lo que pasaba en mi
Fue así como también conocí a Emily
Tan pronto necesitaba de sus ojos, sus labios y de su sonrisa
Tan pronto me acostumbré de sus abrazos y sus caricias
Pronto entendí que era necesaria para mi vida
Y de pronto me inspiró a escribir poesía
Pronto también comprendí que nadie entendería
Y sentimiento tan fuerte, tan dulce, tan distinta…