Debería recordar menos
Y olvidar más.
El sujeto, ese sujeto, mi sujeto...
Tiene un rostro memorable, inolvidable, amable, admirable. Esto me resulta loable.
Antes podía estar en el silencio de la soledad y escucharme solamente a mí y los latidos de mi corazón, aún con tanto ruido. Pero ahora estoy en un silencio ensordecedor que me desorienta los latidos y
nunca,
nunca más,
me vuelvo a escuchar.
Sin embargo de ti no me libro ni en los sueños. Eres intermitente.
Eres un fantasma que me jala la pata cada vez que intento dormir.
Estoy decidida a conservarte, pero en el baúl de los survenires y tirarlo luego al mar del caos.