argantonio

Sin jueces

Dos cuerpos que se funden

hasta formar uno solo

que sin ningún protocolo

a la urgencia del deseo acuden.

 

Todo vale siempre que se amen,

mujer con mujer, hombre con hombre,

hombre con mujer pónle tú el nombre,

amar es una clase diaria, no un examen.

 

Si los muertos hablaran,

nos podrían contar,

que fue de su estancia en la tierra.

 

No habría jueces que sentecíaran,

sin saber lo que es amar,

ni estarían contra la libertad en guerra.