Hijo mío, no te fíes de nadie
Más que de tu papá que te protege.
La calle es un abismo calcinante
Donde el que a hierro mata a hierro muere.
Yo he visto rifles y he visto pistolas,
Yo he visto rostro con rostro a la muerte.
Yo sé cómo se cocina la droga
Pero nunca me metí en ese ambiente.
Hijo mío, nunca pises la calle,
No seas como este padre que tienes.
Yo he visto amigos pudrirse en la cárcel
Pero seguí camino sin torcerme.
No nubles tu visión por el dinero,
Yo he sido pobre y sé lo que se siente.
Tira hacia atrás los negros armamentos,
Corre raudo hacia la pradera verde.
En la calle se pierde el más astuto,
El más humilde, el más listo se pierde.
Yo te protegeré de ese hoyo oscuro,
No dejaré que la calle te encuentre.