Del libro La Vida es Viviendo
Hoy no tengo el miedo frío que quizás me conociste,
ya el mundo me dio abrigo en sus brazos de verdad,
aprendí con los relojes que el tiempo va de corrido
y ahora no me detengo ni siquiera a recordar.
Ya no existen los temores de los que te aprovechaste
cuando en mí no confiaba, por esa temprana edad.
La experiencia hizo lo suyo y ya me tengo confianza,
pierde tú las esperanzas si me ibas a intimidar.
Como un tesoro absoluto es la confianza en sí mismo,
y no importa si el abismo te asusta antes de saltar,
si te arriesgas y te lanzas acabarás convencido
de que no hay poder más sensato que creer que se es capaz.