Te vi en la lejanía a través del prisma de mi retorcida realidad
Y pese a mis desvaríos supe que eras lo más hermoso que haya visto nunca,
Si yo al comenzar el día, eres tu lo primero que pienso y suspiro es culpa tuya;
Porque al contemplarte puedo sentir lo que es la felicidad.
Puedo decirte la belleza de tu persona toda una primavera,
El solsticio en tus ojos que altera cada uno de mis sentidos,
El encanto de tu bendita mirada más que eterna;
La perfección que se desliza por el rosa tus labios.
Pero aunque te dijera todo esto no haría diferencia alguna;
Eres la lluvia que jamás llegará desde el cielo sin luna,
Yo las plantas que extrañan una gota de vida arañando el aire,
Así que me haré del silencio más sincero para amarte.