-Cáncer anunciado-
Este dolor persistente de anunciada muerte, hace del calendario una fiesta en la playa. Una carretera de escalones sobre los que voy escupiendo la quimioterapia para llegar al evento más esperado del año, el funeral más visitado por las moscas y los mugrientos de esta ciudad apestosa de sueños putrefactos nublados por el humo de cigarros y marihuana. Mientras la vida se esfuma por un pezón envenenado, las libretas se me empolvan con las hojas en blanco, la rentera empuja notas bajo la puerta y mi poca consciencia va felíz por la tubería del retrete. Pero esa no es la historia real, la verdad es que este es un suicidio sobre los brazos de la muerte, me muero, habiendo nacido para morir de hecho durante y mucho antes de que me asesine este cáncer anunciado.