Hoy salí al mundo exterior,
visité el mundo sin fin,
Abandoné mi iceberg,
Me afeite las espinas, Y abrazé el calor humano.
Hoy salí a admirar el sol, Y vi tu rostro en cada rayo,
Me asusté y esperé la noche, y vi tu rostro en la luna,
Me asusté y volví a mi iceberg,
Me vestí de cactus,
Pero vi tu rostro en cada espina...
Hoy me di cuenta,
que estas tan ahí afuera y tan aquí adentro,
que no puedo borrar tu silueta encantadora de mi mente.
Que ya se grabó en cada lugar donde suelo mirar.