Sin orlados pabellones,
En las austeras cabañas
Yo quiero encontrar a Dios
Sin altares ni campanas.
Sin ancianos sacerdotes
Que rebuznan cuanto largan,
Sin edificios de piedra
Ni copones ni guirnaldas.
Si Jesús volviera al mundo
El templo ardería en llamas.
Cansado de mercaderes,
Abriría en dos las aguas
Como Moisés en su día:
A un lado los que trabajan
Para los demás, y al otro
Esos que para ellos labran.
La Iglesia catolicista,
No católica y romana
Nos vende una libertad
Toda de cadenas blancas.
El ejemplo de Galdós,
El que Tólstoi abrazaba
Se pierde entre los barrotes
De una gran Biblia Sagrada.
Dios no está en las catedrales:
Está en los pobres, los parias.
Dios no está en Rouco Varela,
Tampoco en el Che Guevara.
Dios se encuentra en los esclavos,
En los niños que, sin camas,
Duermen en el duro suelo
Y comen pan con patata.
A mí no me manda el hombre,
A mí no me manda el Papa.
Dios me dio una libertad
Y todos quieren robarla.
Yo no creo en las Iglesias,
Creo en Dios y en un mañana
Justo, libre y fraternal
Donde compartir su gracia.