Keilyn M.

Cortes

El dolor se vuelve interminable,
aún tomo el camino largo a casa,
y todo aquello que una vez prometiste me sigue de regreso.

Dime repetidas veces todas las mentiras que incrustaste en mi piel,
hazme creerlas,
hazme amarlas tanto como a ti.

Mientras tus dedos recorrían otras pieles,
las navajas bailaban en la mía,
ellas susurraban unos cuantos \'te amo\',
ellas acariciaban el sufrimiento.