Enamórate de mí que me haces falta
como el sueño que consuela mi fatiga.
Enamórate de mí ¡oh, dulce amiga!
que no puedo más y más con tanta pena.
De tus labios solo imploro la palabra
que pronuncias cuando ves la primavera.
Un sencillo verso en prosa, si pudieras
complacerme mientras beso tu inocencia.
Ya no tengo entre mis fuerzas el coraje,
ya no puedo más y más con tanta pena...
Cada día es más difícil no gritarte:
por locura ¿quieres ser mi compañera?
Enamórate de mí que me haces falta,
¡oh, luciérnaga gentil y sempiterna!
Enamórate de mí que soy tu amigo
o atraviésame la frente sin querella.
Casi frunce ya su seño y su elegancia
esta luna que contempla, muda y ciega,
escuchando tristemente mis susurros
que te imploran: ¿quieres ser mi compañera?