La amé como jamás había amado,
Con tan loca e infinita redención
Que ofrendé adolorido corazón:
Vano afán de sufrido enamorado;
Le lloré como nunca hube llorado,
Me humillé con total resignación,
Y me perdí en la angustia y obsesión
De adorar fatuo amor muy desalmado;
A ella no le importaba cuánto hacía,
Desdeñaba el deseo que sentí,
Me condenó a letal melancolía
Y en fatal abandono me perdí.
Yo sufría al saber que no era mía;
Ella… reía al ver cuánto sufrí…