Tus ojos guardan luces de otros ojos
Para iluminar callejones negros.
Tus labios llevan tintes de otros labios
Húmedos y complejos.
Tu vientre guarda esporas adherentes
De otras aguas, caudales de otros cuerpos.
Tus manos se estrechan con otras manos
En un enlace eterno.
Tu espalda lleva cicatrices púrpuras
De otras uñas que en tu piel extrajeron
Las perlas del amor. Tus piernas llevan
Medias que otros rompieron.
Así eres tú, mujer, que no eres mía,
Te quiero libre y con furia te quiero.
Quiero que seas producto en la carne
De lo que otros quisieron.
Tú no me harás cambiar, te lo aseguro,
Yo no seré tu esclavo ni tu dueño.
Los dos somos aves que vuelan solas
Sin el pulso del viento.