Déjame contarte madre mía
lo acontecido en mi vida
desde aquel fatídico día
que te fuiste de madrugada.
Déjame decirte madre mía
la huella profunda que dejaste
de una época de amor y ternura
a los tres hijos que engendraste.
¡Por qué será, madre mía
que has tenido que dejarme
para darme cuenta de tu valía,
el amor desinteresado y la dedicación
albergados en tu corazón!
Hoy quisiera madre mía
en alas de la fantasía
recibieras con alegría
estos versos que nunca yo
te escribí en vida, y que son
nacidos del corazón.
Palabras que debí decirte
y que ya nunca te diré,
el paso de la vida de repente
hoy me muestra claramente
la grandeza de tu querer.
Mas que nunca necesito
de tu presencia, de tu Fe,
de ese calor humano tan grato
que sólo una madre puede tener.
Y aunque tarde, madre mía,
por favor olvida y perdóname,
lo que yo daría hoy en día
por sentir tu compañía
y volver juntas al ayer.
Fina