(Lira o estrofa garcilasiana)
Tu cuerpo se me ofrece
desnudo recostado en esa cama
y el deseo florece
la libido se inflama
mi piel, la tuya, contacto reclama,
mi fina y bella dama
mi corazón de placer enloqueces
encendiendo la llama
cuando tú te apareces,
todos los pudores, en mí enmudeces.
En sábanas de seda,
envuelta, sugerente me seduces
me pides que a tí acceda
a tu sexo conduces
mi cuerpo, mientras apagas las luces.
Te beso suavemente
tu cuello tan blanco como el marfil,
tu senos dulcemente
ya tu estado es febril
luego tu entrepierna, se abre gentil
recibiendo placeres
húmeda, tu tierna amapola en flor
un gemido tú dieres,
vas entrando en calor
tu piel, súbita, se cubre en sudor.
Pides entre jadeos,
que prontamente por fin te posea
liberando los deseos
entrando en la pelea
nuestra lujuria, se da a la tarea.
Aumenta el movimiento
la respiración comienza a agitar
va llegando el momento
sublime de estallar
no satisfechos, volver a empezar.
-. Par