Qué injusticia esta
la de quedarse solo,
y ver todos mis futuros morir.
De tener tantas palabras en la boca
pero sin alguien que conmigo
dulcemente las quiera sufrir.
Después de todo,
la compañía no es una regla,
una orden divina
ni una necesidad científica
sólo es un delirio
y la última elección
de los que no dejaron de sufrir.