Yo no sé si me extrañas.
Si pensas en mi.
O si querés hablar.
Desconozco en dónde estás.
Pero ya no me pregunto cuándo volverás.
Trato de ya no recordar.
Tu cara, tus manos, la forma en la que hablabas.
Cada uno de tus movimientos ahora es un fiel recuerdo.
Lo que realmente me pregunto es.
Si lloraste cuando se acabó.
Si te dolió haberme dicho adiós.
Ya no me duele tanto pensarte.
Y me rio al imaginar en extrañarte.
Fue lindo mientras duró.
Como una estrella fugaz.
Ahora me lees.
Pero no vuelvo nunca más.