Eric Angulo García

Niña de mis sueños

Temblorosa y tímida, ¡oh, niña de mis sueños!
al fin tus labios cálidos me entregaste.
Entrelazados los míos te amaron y amaste mi boca,
con todas las dimensiones de tu ser me amaste...

El cielo mirabas como estrella confundida y sucia.
En la noche te perdías y regresabas toda.
Tus cabellos, hermosos y finos, ondulaban al viento.
Sentía que del pecho el corazón se nos fugaba.

Caminabas y tu mano sujetaba suave como delito.
Esquiva, porque mis labios no te retuvieran.
¡Déjame amarte! -proclamé con el sonido mudo de un beso-,
como si las palabras nos sobraran sencillamente.

¿Cómo olvidarte? ¿Cómo dejo de pensar en tí?
Resplandor de mi existencia, de mi vida, de mi nave.
¡Ay, que mi pecho duele como si fugara al verte
el corazón que te llevaste en cada beso de tu boca!