Mis días alicaídos,
Lo más precioso de mis noches se había ido,
Me sentía fútil,
Sin la luna volviendo las noches algo sutil,
No fue benevolente
Con mi mente consciente,
(Ahora no sólo yo me vuelvo demente).
Buscaba un aliciente
Para que volviera a sus estaciones crecientes.
Recordarle su amancebo con el sol,
Ese que yo sé la ama tanto.
Hasta él se encuentra veleidoso,
Su luz ya no tiene ese tono sustancioso,
Siente que lo que la luna ha hecho ha sido belicoso.
Su apetencia de ella no es creencia,
Es realidad, siempre lo transmitió su esencia.
Cada destello era expulsado por su fría presencia,
Se derretía por su atractiva circunferencia,
Cada agujero le causaba demencia,
–¡Al diablo la ciencia!
Ese ardor lo emanó su amor,
Su fulgor el cariño que sentía,
Su intensidad los latidos de ese amor que vivía.
Ahora la estrella más grande y resplandeciente se ha apagado,
Por la desilusión de ese ángel blanco y redondo que se le ha marchado.
Con ahínco gritó al espacio,
Mientras un doloroso destello era emanado:
–¿Por qué mujer?
¿Por qué me has abandonado?
¿Qué he hecho para que te vayas de mi lado?
¡Sin ti no soy más que calor sin razón!
¡Una esfera ardiente que ya no siente un corazón!
¡Sólo me muevo y siento que no tengo sentido!
¿¡Sin ti qué pena vale rodear a la tierra en 365 días!?
¡¿Dejarás al antártico sin su noche?!
Lo sé, nunca te regalé una flor,
Nunca te bajé una estrella,
Nunca te he hecho volar como tanto anhelas.
Lo sé, no te demostré lo que sentía,
No te dije por qué razones vivía,
Ni mencioné porqué emanaba más y más calor día tras día.
Lo sé, nunca crucé palabra,
No te dije lo bella que estabas,
Ni te pedí que te acercaras.
Sé altruista y vuelve a mí,
Ser colérico y anodino no está en mi plan,
Si debo hablar buscaré las palabras,
¡Pero por favor, no te vayas!
Necesito el ahíto de tenerte cerca,
De no sentir ésta tan fría y escandalosa ausencia.
El silencio quebranta mis oídos,
Por eso, ven y completa mis sentidos.
Sé mi aliento, lo que veo, lo que soy, lo que quiero.
Ahora la estrella más grande y resplandeciente se ha apagado,
Por la desilusión de ese ángel blanco y redondo que se ha marchado.
3 semanas han pasado:
Y cada humano se siente sombrío,
La luz del sol nos falta a aquellos que de la claridad vivimos.
Mi piel ansiando una pizca de luminiscencia real,
Y mis ojos el destello de una magnífica luna.
Con alevosía se fue del lado del sol,
Sin saber cuánto daño le ocasionó.
Supongo luego de tanto tiempo,
Esa ave se preguntará que ha pasado con él,
Ojalá le busque.
(Y así quizás,
Ese idilio cause una explosión,
Acabando con nuestro delirio y su apabullante traición).
02/10/2017…
Carol Elizabeth García Carroz.
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