José de Jesús Camacho Medina

Promesa

Mis manos acechan tu piel
pues pretenden forjar rimas
a través de la caricia
hasta consolidar más de mil sonetos.

Tu piel aguarda sedienta
pues el agua ya no resuena en sus ríos
un desierto lacerante se anidó en los cauces
y oprimió a las flores
de lo que alguna vez fue un fértil campo.

No te preocupes
te prometo
erradicar la sequía de este páramo
hasta evaporar las puas de los cactus
que ya hacen en muchedumbre.