Hablo de perderme en tu boca,
del siempre dulce sabor de su locura,
el misterio que es andar en su sendero
y el secreto, de cómo por él se llega al alma.
Hablo del grito mudo de los labios nuestros
al encontrar en sus mundos el beso,
ese deseo de que los dos sean uno solo,
reverencia que nos dice al amor son invitados.
Cuan lejos se encuentra mi viaje
al continuar tu rostro en contacto al mío,
pues en el besar
nunca se resquebraja el futuro,
y sin distancias ya la bocas,
no sé como, pero ocurre que tendremos un mundo
que existe para encontrarnos los dos.
Y nos besamos para después suspirar,
y enviar de regreso el alma a su lugar,
pues del beso la sustancia
le haga sentir viva,
y no una palabra nada más.