Cada quien sabe con qué veneno se nutre
y dónde le buscará la muerte
para darle ese beso de ternura
que traiga de vuelta a su guarida
aquellas nubes de dulzura, brotadas
de recuerdos que navegan
como naves insignias las olas grises
de la tormentosa tarde de lluvia
que tú eres para mi. Te extraño.