Pedro Bocanegra.

La gracia de tu Condena

Tu que has jugado y te has divertido,

como niño cuando pierde o rompe

su juguete más preciado me eh quedado,

algo real, algo sincero.

 

Las noches en las que eh sollozado

me han titubeado,

como si el volcán que había erupcionado,

ningún daño en mi haya causado

 

No siente, no llora, alma inerte,

tormenta de fuego, huracán despiadado,

has arrasado conmigo, pero aun así,

con vida me has dejado

 

Cuando abrazados me amarraste

y desde muy alto me soltaste,

en esa caída infinita

ni siquiera observaste

  

Cada que cierro los ojos,

recaigo sobre mi pecho y estallo,

y sin sentido sigo cayendo

  

En ese oscuro y a la vez ardiente 

fuego de tu mirada me quemo

donde lo auxilios no sirven,

y donde las cadenas se jactan

por sentir mi piel en el momento

 

En esa jaula me encerraste, si comida

y sin aguan, me abandonaste,

hasta que cumpla aquella sentencia,

donde no deseaste mi muerte,

pero si, a una larga me condenaste

 

Es solo dejar que pase todo,

y que la gruesa cadena de mis recuerdos,

pierdan su peso, el poder caminar tranquilo,

sin tener que estar contado cada eslabón perdido

 

Pero, de todas maneras, gracias,

por lo que contigo eh vivido,

mujer verdaderamente me has condenado,

no hay odio, no hay desprecio,

porque no pienso dejar, que creas que has ganado.