Las níveas corolas se mecen con el viento
son fragantes magnolias, colgadas en tu pelo;
los frescos azahares le dan cálido aliento,
a mi alma colibrí, que liba tu consuelo.
Tienes ígnea luz de rojo carmesí,
es tu magna presencia dulce realidad,
son tus tiernos encantos cuidadoso alhelí,
dando a mi corazón total felicidad.
Eres hermosa rosa, de sencillez vestida,
con florido perfume de exquisita fineza,
sale de un corazón que le canta la vida,
y deja en el camino la natural belleza.
Tienes el tierno encanto que me tiene sumido,
en los fértiles campos de verdes ilusiones,
donde la enredadera muy pronto será el nido,
del amor y pasión de alegres corazones.