Se me escapa el viento de las manos.
Se escapa el tacto en este cuerpo ahora invertebrado.
El gusto, las miradas y todo lo que es humano.
Siento que mis sentidos se van apagando.
Y que una lagrima se escapa de mi cara.
Y un hilo sangrante la acompaña.
Mi cuerpo se siente asfixiado.
Mi pecho se encuentra demasiado agitado.
El tiempo no me da para pensar en mi pasado.
Es casi tan repentino, pero tan eternos estos segundos.
Que quisiera seguir vivo y sentirme algo arrepentido.
Una fisura que se abre en mi craneo.
Y mil euforias llenas de bronca logro soltar.
La muerte entrando por mi naríz.
Y un odioso mandibuleo sin fin.
Golpes a una pared sin culpas.
Y mil millones de revoluciones por segundo.
Y tantas cosas que uno quisiera olvidar.
No se a quien pedirle perdón.
No tengo fuerza para recordarme siquiera.
Pues solo unos minutos fueron necesarios.
Para convertirme en un enfermo muy enojado. Y abandonar a este cuerpo hoy olvidado.