Ahí estabas, frenando mi pulso para que no se saliera del radar. Buscando salidas en un laberinto vacio. Llenando mi cabeza de energía molecular convirtiendo el crepúsculo de tu aurora boreal. Incómodo Niño, te vuelves borroso cada vez mas. No trato de encontrarte porque mi voz ya no te pulsa igual. Tu sombra se derrite y mis pasos ya no te siguen. Magia, es lo unico que los soñadores buscan para encontrar a los desesperados que perdieron el rumbo para ver estrellas fugaces. No puedo sucumbir ante tus labios suaves, como una nube tocada por el creador, limpia de todo pecado que la toco. Virgen, asi se encuentra la puerta azul. Aquella luz que te lleva por el sol. Cada vez te siento menos, aquel pacto se esfuma y mis piernas se alejan de tus yemas. Mi lengua ya no toca mas tu sangre, ya no tengo sed de ti.