Ahora que estoy solo curando mis heridas,
Recuerdo que un viejo amor hace tiempo,
Me recriminó que provocaba su partida,
Cuando a amarla era mi eterno intento.
Hoy que te fuiste decidida con un reproche,
Me recordaste que no sirvo para esto,
La clase para saber amar la pasé de noche,
Es por eso que ahora lo entiendo.
Tengo talento para ahuyentar a los amores,
Para arruinar bellos momentos en un segundo,
Para acrecentar, sin querer, esos temores,
Y tú querías al hombre más valiente del mundo.
Tengo talento para romper las promesas más bellas,
Para humillarme por cariños tan pequeñitos,
Para casi matarme por querer bajar las estrellas,
Y embriagarme con tequilas de dos litros.
Todo lo acepto, puedes marcharte sin pena alguna,
Porque también tengo talento para echarme la culpa,
Aunque todo haya dado, incluso a la luna,
Por amarte tanto, mujer, te ofrezco una disculpa.
Estoy de acuerdo, por amar sin ninguna medida,
Sale perdiendo el que de sí entregó el sentimiento,
Pero ya me acostumbré a curarme la herida,
Para amar en exceso… tengo talento.