La tarde,
la cita,
El lugar; nuestro refugio.
Unas vez más, nos encontramos,
desbordando nuestro amor
Nuestras ansias reprimidas.
Solo el aroma,
Y una bella música nos acompaña;
mudos testigos de un amor impensado,
Pleno de sensaciones profundas;
magia, fantasías y locura.
Mi amor no es
Como una flor que se marchita;
de Poeta, ni cantor,
Tampoco descansa, bajo sabanas con residuos de tu olor.
Me arrancas la vida y las entrañas;
me seduces, me enlazas, embistes y encajas tus dagas;
Tus dagas escondidas, detrás de un beso.
Tus caricias, como corona de nazareno
Me hacen Sangrar, de los pies a la cabeza
De la piel al corazón.
La muerte como invitada
Baila al son de los aullidos de la pena y el dolor,
La vida, bebe tranquila al ritmo de la espera.
La espera del reencuentro, la emoción de tu cuerpo,
La Espera de mis ansias y nostalgia de los dolores,
La prisa de encontrarte lejana;
Desgrana mi vida, para el reencuentro.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO