La luna frágil y ruborizada
adormece en silencio alegre, plena, callada.
por milenios su amor el día oculta
y la noche lo reclama.
El cosmos en su actuar desordenado,
de pronto en un breve lapso,
parece estar de su lado,
y un espacio le da a los dos enamorados.
El sol brilla impaciente en un día normal
mientras la luna atrevida, dulce y lenta
se va posando sobre su faz.
Y de pronto... el mundo se sume en la oscuridad
Los dos se unen en un tierno beso
durante un hermoso eclipse estival.
TRISTE TROVADOR