Carol Elizabeth García Carroz

Cofre de Recuerdos (Trilogía Adjunta)

Tu voz ya no es más que un eco que se lleva el viento,

casi inaudible no la veo ni la siento.

Tan siquiera recuerdo el menudo formar de tus labios en movimiento.

 

El efluvio de tu piel ya está casi en concreto disuelto,

la última vez que tus manos aromatizadas tocaron ese cofre fue hace mucho tiempo, 

casi deshaciéndose como incienso en largos pero precisos intervalos.

 

Tácitas tus expresiones quedan al pasar,

pero tus ojos ni siquiera me miran.

Divergí de tu lado por tu disyuntiva,

y tu rostro displicente,

fui disuadida por tu distancia  

tu clara ignorancia 

(Todas tus creencias ocasionando tu ausencia). . .

 

 Como un cofre del que ya no tengo la llave están encerrados nuestros recuerdos,

sonrisas tan quebradas como mi corazón,

y lágrimas tan frías como mis sentimientos,

un dolor va en aumento

y plantea cubrirse con lamento.

¡Sea lo que sea que haya hecho! ¡Lo siento!

  

(06/10/2017)
(Cofre de Recuerdos I)

 

Y te sueño y te sueño reiteradas veces,
como la misma roca que vuelve a la boca del río con la corriente,
inevitable, 
como la mariposa que emerge del capullo al transcurrir el tiempo exacto,
embellecida y renovada,

en tu caso y el mío,

con miradas llenas de desigual ternura,

y una indiferencia que esconde una inquietante intención...

 

Y te sueño y te sueño como alcohólico al alcohol,

como amante de las cartas al azar fortuno,

te tengo como imagen permanente en mi mente:

¡Oh protagonista o antagonista de mi inconsciente!

Amo soñarte pero me duele tenerte;

Sólo en mis sueños obtengo tus caricias,

ese amor que nunca me supiste dar,

ahí tu me disculpas y me perdonas y de igual modo me ofendes al tener la oportunidad.

 

Me inspiras letras con tu sutil andar,

esas pisadas tranquilas que no buscan enfatizar.

 

Te veo y no lo creo,

parecen mentiras mis anhelos:

Son precisos y poco detallados como las tortugas,

lo nuestro es lento y no tiene sutura.

Descosido en partes mi corazón te busca en lo irreal,
lo tuyo y lo mío no parece sanar,
ni medicinas ni intentos porque pueda pasar,

sólo se congela con tus apariciones inesperadas...

 

A mi lado estás, para ti son éstas palabras y lo ignoras,  

eres mi razón y tan siquiera lo notas,

te escribo hojas y hojas,

contigo en mi cabeza pasan las horas.

 

Y te sueño y te sueño como oportunista a oportunidad,

parece que eres lo que deseo en mi vida real,

y te busco y no te hallo en medio de tanta frialdad,

me juraste tu vida y no tengo ni tu mirar.

 

Te sueño y te sueño, 

perdiendo la cordura dentro de éste cofre de recuerdos,

¡¿Me oyes?! ¡Pierdo la cordura!

Te amo pero mi mente es demasiado dura.

Sufrí y sufrí como el planeta en su formación,

fui quemada, destruida, congelada

y crecí como flor,

aun paso por problemas como el calentamiento global,

quemas los recuerdos bellos que pudimos formar,

te apartas y me hablas,

eres confusa como la calma,

hoy está y mañana no,
inesperada como lluvia en sol...

 

Te sueño niña, te sueño y con quietud,

necesito de tu presencia y de tu similitud,

no sé si te necesito,

pero me debo arriesgar:

\"O me quemo con el sol o no me atrevo a mirar\"



27/11/2017...
(Cofre de Recuerdos II)

 

Un cofre de recuerdos guarda cada infinito detalle,
no puedo abrirlo porque no tengo la llave,
busco en recónditos lugares un pedazo dónde pueda encontrar,
quizás una copia que me permita observar,
aquellas cosas que pasamos y que ya hoy sólo logran dañar.

Podría pedírtela, pero no me siguen los labios,
en respeto están íntimamente sellados,
siguiendo ese doloroso algo que un día pusiste cuidadosamente a mi lado,
la tienes tú,
la posees y ni siquiera la has usado,
está en tu corazón como un gran secreto guardado,
está allí,
como una gran luz brillando,
y lo más triste de cada efímero parpadeo
es que a ninguno lo has notado.


Desbordan recuerdos,
como las lágrimas de una linda niña que lleva horas y horas llorando,
y aunque los escuchas,
siempre los has ignorado,
porque como bien lo sabes,
recordar siempre te ha lastimado.

En cierto punto de mi mente sólo hay imágenes en blanco,
el tiempo les arrebató su contenido,
y el pesar se me fue quitando…
Primero se corrieron los colores
quedando en negro y en blanco,
luego quedaron los dolores,
como un estilo barroco intacto.
Cada caricia deprimida y cada sentir triste de un mal tacto.

 

Con el tiempo se esfumaron los sonidos
y las risas que emergían sutiles de tus carnosos y secos labios,
se desvanecieron las canciones lindas
y las tristes como melodía se quedaron.
Los amaneceres que vimos,
como imagen de postal a un destino desconocido se marcharon,
y los abrazos que nos dimos se ven como tapar al sol con una mano;

 
Abrazo al aire en algunos recuerdos,
y es viento quien acaricia mi cabello,
los pájaros los que consuelan mi llanto,
y las ráfagas tus palabras de canto…

 

¡Inverosímil es, que mi cabeza te sustituyó con naturaleza!

 

Siempre fuiste tan natural,
tan simple,
tan tú,
por eso me gustó tanto tu cercanía,
no te recuerdo,
pero no puede ser casualidad…

Tengo el cofre de recuerdos pero no la llave que abre la cerradura;

Me duele tanto,
ya pudimos haber hablado,
si era necesario discordado,
tal vez las cosas arreglado,
si es que eso es posible después de tan bello y agrio pasado…

 

Cofre de Recuerdos III
(No tengo la llave)
28/11/2017...

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