Pecad con premura,
que el tiempo pasa,
es dulce la criatura,
y la pasión arrása.
Olvidad los apellidos,
y entre beso y beso,
pronuncia su nombre,
antes que se haya ido,
ámala como un poseso,
y fundíros como el cobre.
El deseo y el amor,
están profundamente unidos,
y nunca se se separan.
Es como el clamor,
de los largos gemidos,
de dos enamorados que se amaran.