Tu mirada, un laberinto,
pierdo el rumbo en el vaivén de tus pestañeos,
el capitán, mi instinto
descifra sus paseos,
oh, no se han enterado
que su viaje ha sido espiado,
aún en el mismo camino
es diferente el destino,
pero el sentimiento no toma atajos,
busca sin descanso
tus luceros, mi agasajo
encandilan y duelen
al atisbo de ser conquistada,
y aunque mi armonía vuele
no me quites tu mirada.