\"La vida con los años me ha cambiado/ y hoy es una ironía pensar,/ que de tanto temerle al pecado/ no pueda vivir sin pecar\".
Es empezar a soñarte sin dormir,
es dormir y no dejar de soñarte;
es no saber en verdad cómo decir
tu nombre sin que me haga efecto,
pero creer que todo es perfecto
si acaso se me ocurre nombrarte.
Es realmente seguirte, admirarte,
olvidar cuando te veo mis enojos;
es cualquier poema mío dedicarte
porque es tu piel la que lo provoca,
desear mucho, con el alma tu boca
y luego querer perderme en tus ojos.
Es ser o dejar de ser sólo por verte,
sentir que ni respiro ante tu cercanía,
creer que tu existencia es mi suerte,
que huela a ti cuando sopla la brisa,
es entristecerme por tu bella sonrisa
pues sé que es hermosa pero no mía.
Es saber también que entre mis brazos
nunca estarás suspirando sin recesos,
que aunque siempre te siga los pasos,
mi realidad se me estará presentando
y sentiré pues, que me están matando
tantas ganas en mí de comerte a besos.
Es saber bien que tú estás y temblar,
notar que tiemblo tan sólo por eso...
es crear, dibujar, escribir, imaginar
que van todas mis palabras a tu oído;
creer que mi sentir tras de ti se ha ido
en un viaje que ya no tiene regreso.
Es y en verdad no sé ni por qué es
pero no deja de serlo y me inspiras,
una ilusión, sólo un sueño tal vez,
a raíz de tus virtudes, de tus bellezas;
es morir cuando imagino que me besas
y volver a la vida cuando me miras.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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