En apasible calma me desplazaba
por las carreteras de mi tierra colombiana
sintiendo estremecer mi corazón
de júbilo emocionado.
En cada trayecto andado
la brisa golpeaba mi cara,
los árboles con sus ropajes
de hojas amarillentas,
hasta el verde intenso
color de la esperanza,
formando un arco con sus brazos
buscaban como refugiarmen
del los candentes rayos solares.
Engalanaban la región costera
las bellas palmas a fricanas
que se mecían al vaiven
de las melodías que entonaba el mar.
Me fuí perdiendo en lontananza
dejando las playas, las olas,
las gaviotas surcando los aires,
llevandome la salubridad del mar
incrustada en mi pecho.
Fuí avanzando por el gris asfalto
observando a cada lado
grandes extensiones de llanura
con el ganado pastando.
Escucho canciones de los años setenta
en el pasacinta de mi auto,
mientras escribo y observo el panorama.
Veo un rancho abandonado,
quizás sus dueños tuvieron que emigrar
como las aves en invierno.
aún no salgo de la tierra caliente…
se ve el pavimento mojado
como un espejismo en el desierto...
miro como se atravieza una iguana
apurada por pasar al otro lado.
El trayecto fué bastante largo
pero yo respiraba feliz
el aire de mi tierra colombiana.
Conocí algunas regiones
que sólo en fotos habia visto,
me embriagué con el aroma del café,
sentí la caricia de los guaduales en mi piel
y el afecto de mis coterraneos.
Yo pensaba que feliz soy…
¡Que bella es mi patria
con sus extensas llanuras ,
sus imponentes nevados,
sus verdes cordilleras,
sus bellos paisajes,
su fauna, su flora,
sus caudalosos rios,
la calidez de sus habitantes,
el mar que besa las nubes,
el aire que se respira
con los pulmones de la amazonía!
¡Gracias Dios por darme este edén
este paraiso sin igual!
¡Colombia tierra querida
cuanto he llegado a amarte,
te llevo con orgullo en mi corazón
por toda la eternidad!
Felina