Se abren los cielos tras cataratas,
iluminando de azul el ancho mar
La arena se posa en la espuma blanca,
dejando sentir a la brisa,
que entre suspiros
deshoja el atardecer
Se siente el baile de las olas
que no se detienen al vaivén de los vientos
y la brisa que se envuelve en el mar,
cual dos enamorados que se abrazan
en la magia del infinito estrellado
Las aves se han callado,
el viento atraviesa la arena recelosa,
porque el mar sólo quiere sentir
y la brisa enamorada no quiere
dejarlo partir