Los coches circulan sin camino concreto en las carreteras mojadas de lágrimas.
Las farolas iluminan a cualquiera que camine bajo ellas.
El viento empuja cada página que los árboles escriben en el suelo.
Las olas siguen lamiendo la roca dura, desde las que muchos se arrojan porque les persigue la amargura. Arrojan su alma al mar para escapar de la locura, es allí, donde ánimas sumergidas nadarán, es allí, donde la vida no sabe llegar, donde momentos no perdurarán.
La luna sigue brillando, su luz se extiende sobre este mar, enfoca a las playas, enfoca cada hogar. Enfocan a unos amando y a otros odiando. Enfoca los gemidos de la noche y los llantos de primera hora de la mañana. Enfoca a unos naciendo y a otros muriendo. Es esa luz, en la que unos se fijan y otros ignoran. Es esa luz por la que muchos lloran y tantas lágrimas se evaporan. Es esa luz brilla entre tanta bruma y penumbra,¡Oh, luna! Eres a quien escribo en esta noche tan oscura.
El invierno traerá la oscuridad, se teñirán los días de gris, la lluvía no cesaran de caer, los pájaros partirán a donde nadie los pueda admirar. Son días donde mentirá la mentira. Donde morirá la vida. Donde llorarán las lágrimas. Donde cada libro, cada beso, cada café te dejará una sensación amarga.