Hada que estás sobre una colina,
hecha de escombros y cascotes,
malhumorada te abandonas en un rincón,
junto al pino quemado.
Hada echada a la contaminación,
materia gris de mi pueblo.
Gente sin educación.
Ogros de la construcción.
Hada material,
! que transformación espiritual!
Mi guitarra suena
y el hada se asoma.
Te invoco:
No tenga miedo, vengo sin la hormigonera.
Solo busco en el bosque,
mi alegría y mi persona.
Aunque en mi pueblo.
las hadas sean materiales,
y vivan con ogros de la construcción.
!qué depravación!
La culpa es de la educación.
Angelillo de Uixó.
cualquier viajero que suba por el camino principal a San Antonio Vall d Uixó, quizás buscando el amor entre los encinares, no lo encontrará bajo sus ramas, pues cada vez son más escasas y retiradas. Pero pegados a las casetas, el escombro forma montañas, y entre el escombro, unos cactus de un verde fuerte, casi verde fuego, un verde duro, un verde que atraviesa la vida con púas. Y entre esas plantas, su gente. Los dueños del escombro, los que hicieron trizas el paisaje, aunque hay algunas excepciones. Pero lo que es imposible, es ponerse de acuerdo para encontrarse. No hay un árbol cuya sombra nos pueda reunir .