Joseponce1978

Cuanta mierda

Hoy quiero hablar de mi trabajo. Soy pluriempleado y aunque ejerzo dos oficios, solo trabajo cuatro días a la semana, y de no ser porque tengo que mantener a mi hija, con la mitad me sobraría, pues es muy cierto aquello de que no es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita. No es una cuestión de holgazanería, a mis 39 años llevo más de 18 cotizados a la seguridad social, eso sin contar con las horas extraordinarias que he echado, en su mayoría sin declarar. Comencé a trabajar siendo menor de edad y, salvo algunes meses sabáticos que me he tomado, no he parado de producir desde entonces. A lo largo de mi vida laboral, he tenido oficios tan variopintos como soldador, repartidor de lácteos o peón agrícola, por poner algunos ejemplos. Lo que ocurre es que, de un tiempo a esta parte,he llegado a la conclusión de que no quiero pasarme la vida trabajando. Soy celoso de mi tiempo libre para disfrutar de mi hija y de la naturaleza, e intentare disfrutar ahora que todavía soy joven y mis sentidos funcionan a pleno rendimiento, y no cuando me llegue la edad de jubilación, la senilidad haga presa en mí y no pueda distinguir entre un buitre y una mariposa. Pero bueno, dejemos mi idiosincrasia para otro momento,no me quiero desviar del asunto, hoy quiero centrarme en la cuestión laboral.

Como digo, a lo largo de la semana, durante dos días, a razón de 12 horas diarias, me dedico a vigilar una cantera. En cierto modo el oficio de vigilante de seguridad va en contra de mis principios. Si por mí fuera, eliminaría de un plumazo la propiedad privada. Pero incluso que esta dejase de existir, seguiría habiendo quien intentase apropiarse de los bienes comunes, además de seres violentos. La agresividad es algo que el hombre lleva en los genes, como nuestro pariente el gorila, y hay quien no la sabe controlar. Mientras el hombre exista, habrá maleantes, y por ende, personas que traten de impedir el robo y mantener la paz. Mi cometido es el de tratar de evitar que este tipo de individuos se lleven el gato al agua , y por esa parte, me complace hacer lo que hago.

Lo que más me gusta de este trabajo, el hecho de que no haya ni un alma a tres kilometros a la redonda. La vida me ha enseñado, a base de golpes, que no te puedes fiar de nadie. Si bien a lo largo de la década que llevo como vigilante, he desempeñado muchos servicios cara al público, en los que me he llevado algún que otro sobresalto, he aprendido que son los propios compañeros los primeros que te traicionan a la primera de cambio. El término \"compañerismo\" está muy bien como concepto, pero las envidias y los celos, sumado a la obsesión que tienen algunos por agradar a los jefes, están a la orden del día y lo del trabajo en equipo es una utopía. Es bastante común cruzarse con el típico chivato que está esperando a que cometas el más mínimo descuido para irle con el cuento al superior, llegando a inventarse una montaña de un grano de arena. No quiero decir con esto que no me haya encontrado con compañeros leales, algunos ha habido, pero no es lo más usual.

Es este un trabajo tranquilo, pues tengo que permanecer durante 12 horas sentado dentro de una caseta, lo cual me permite dedicarme a la lectura, que es otra de mis pasiones. Si no fuera por los libros creo que ya me habría vuelto loco, quiero decir loco del todo. Las noches se pueden hacer eternas si no tienes alguna distracción, máxime cuando algún problema te ronda por la mente. Hace unos años ni lo habría soñado, me refiero al hecho de recibir un salario mientras leo. No significa esto que por el hecho de leer descuide mis funciones. Por la noche, cuando todo está en silencio, se trabaja de oído y la lectura no entorpece al sentido auditivo.

Aparte de vigilar, trabajo los jueves y viernes en una explotación ganadera( de conejos)de una pareja de amigos, buenas personas; gente campechana y muy laboriosos. Mi empresa en la granja no es otra que la de limpiar las naves, sacando de estas la mierda de los roedores. Podría emplear otro termino, no sé, excrementos, estiércol... Mas pienso que el sustantivo mierda es el más explícito, una palabra contundente. Pues bien, llego a la granja a las 8 de la mañana, me pongo los guantes, para desentumecer los músculos y evitar algún tirón inesperado, realizo unos estiramientos previos, agarro la pala y el carretón y manos a la obra. A base de flexiones y de tirar de riñones, al cabo de 6 horas, 1000 paladas y 50 carretones de mierda después, una vez que he sacado dos toneladas de mierda y cobro por los servicios prestados, me voy a mi casa a descansar a bordo de una sensación del deber cumplido bastante gratificante. No me preocupa en absoluto que me lo usurpen, pues es un trabajo que nadie quiere hacer. Incomprensiblemente, todos huyen de la mierda como alma que lleva el diablo. No entiendo porque las personas repudian tanto la mierda. A pocos conozco, entre los que me incluyo, que puedan aseverar que valen su peso en mierda(oro puro para mis flores). Es un trabajo duro, no lo voy a negar, hay veces que me da pereza, sobre todo antes de empezar, una vez enfangado en la faena, me concentro de tal manera que las horas se me pasan volando. En el fondo es un trabajo que hago muy orgulloso, además me mantiene en forma, porque de lo contrario, creo que mi cuerpo ya se habría atrofiado de la inactividad. Hay semanas que trabajo tres días en la cantera y solo puedo ir uno a la granja. En definitiva, este es mi oficio en estos momentos, dentro de un año quizá haya cambiado de trabajo. A estas alturas, podría tener ya un trabajo estable, lo que ocurre es que no he tenido mucha constacia a la hora de mantener un oficio, es este uno de mis defectos. La monotonía me aburre sobremanera, pienso que por este motivo también me he adaptado a trabajar como vigilante de seguridad, porque se va cambiando constantemente de servicio y ayuda a escapar de la rutina.