PROFESOR
Por los caminos de la inteligencia,
te conocí en el renacer de la flor
y fue tan significativa tu esencia
que llenaste mi alma de valor.
Revolucionaste a tu bello pueblo
enseñándole el valor de la verdad,
fuiste para todo un digno ejemplo
de la solidaridad y la lealtad.
Oíste hasta el que no podía hablar
e hiciste de la vida un bello cuento,
enseñaste que si se podía volar,
sin tener que decir lo siento.
Fueron tus consejos un baluarte
para los que seguían tus ideales,
fuiste como un Juan Pablo Duarte,
con pensamientos conceptuales.
En cada espacio de tu bella vida
había un mundo de pura bondad,
fuiste un hombre sin miedo ni caída,
amante de la fe y la dignidad.
Ser como tú fuiste mi profesor,
es imposible en este mundo,
porque no le causaste un dolor
ni siquiera a un pobre vagabundo.
Oye el grito de tu hermoso pueblo
que hoy necesita de tu consejo,
envíale una señal desde el cielo
aunque se enoje el conejo.
Recordaremos tus enseñanzas,
los que seguimos tus principios
y aunque se rompa la esperanza,
actuaremos con lealtad y juicio.
Rafael Rodríguez
08/05/2012