Caramelo de Ricina

Inexistencia

No,

no ocurrió.

 

Nunca se escondió mi dolor dentro de tu herida

ni encontraste los restos de mis sueños

detrás de la pared. 

Tampoco te vi sonreír lejos del tiempo y fuera del espacio.

Nunca te besé debajo de la espuma llena de estrellas.

Nunca existieron tus piernas corintias

ni cabalgué sobre ellas.

 

No fue tu boca la que se abrió sedienta

esperando mi deshielo. 

No labré tu espalda

ni lloví en tus ojos. 

No fueron tus embestidas

ni fueron mis huesos. 

 

No fue

ni fuiste

ni fuimos.