Mi padre, un viejo pintor de cuadros
un sabio y maestro con el pincel.
Tranquilo, y sereno en su trabajo,
hermoseando muros y cielos de antaño.
Era magicó, delicado,sabedor e inteligente,
jugaba con el pincel, dando un fondo llamativo
al mirador que se escondía tras la pintura
que pronto daría sus primeros asomos
mostrando pétalos de rosa, claveles, lirios
y pequeños riachuelos que bajaban
en medio de una montaña, limpiando
rocas y piedras que adornaban la orilla.
Los peces saltaban de alegría
pequeños mosquitos reboloteabán
por los aire para no ser devorados
por pecesillós que rondaban en el agua.
Era mi padre un viejo pintor,
que le daba vida a sus pinturas
marcando con su nombre el trabajo
que entregaba con alegría y felicitado
por grandes y chicos, bendecido por Dios
y la virgen María.