Por tus ojos transita la noche,
una noche que de pura, no acepta aún luna y estrellas,
pero la luz que en su exterior se ve en ella
del mundo toma sus distancias más bellas,
y alba, crepúsculos, campos de esbeltas espigas
se tornan en su espejo cual tesoros pequeños.
Nada muere en tu mirada,
pero todo renace en ella,
y nace una boca para los silencios,
tanta soledad ahí se trasparenta.
Nada en el existir como tus ojos
sueña despierta,
se cierran profundos a un misterio,
pero en mí, en mí siguen viviendo;
entonces, tu mirar pensativa no se fatiga,
tal vez, la muerte la ve como una eterna agonía,
pero la realidad de su luz bendita es defendida,
por una forma de amar, que en su mirar es universo.