Estocada rauda
que desgarra testa de cristal.
Ojos empañados que
aprietan la luz.
Cejas fruncidas. Ocultas
trás el resguardo de mano protectora.
Silueta traslúcida que
se contonea entre
palabras cortadas
y voz sin cuerpo.
Baile en círculos.
Edificios y pies arbóreos
ávidos de girar sobre sí.
Baile frenético de tambores
empotrados en la jaula del
pecho.
Ora izquierda, ora derecha.
Pies de cartón son el andamiaje
trémulo de un camino sin destino.
Octavio Márquez