En las horas ausente persigo
Tu desnudez
En un vehículo de aire
Inyectado de ilusión
Para respirarte los jazmines
Que escondes entre tus gemas
Ungidas en procesiones
Te he visto
Como la mejor
En todo porque nunca te tiñes
Totalmente de dolor
El pelo o el espíritu
Y te visto
Con mi descenso póstumo
En escalas menores
Que no dejan de ser
No obstante
Sinfonías plenas que toco
En los instrumentos pulcros de tus manos
Y que intercambio por felicidad